Después de recoger la cosecha, todo el ganado que no estaba en el monte se llevaba a pastar a las fincas para que comiesen los restos de grano que se habían quedado.
Cada día le tocaba a un vecino llevar todo el ganado del pueblo. Se avisaba a los vecinos por medio de la campana del pueblo, que avisaba de que se debía llevar el ganado al bebedero del pueblo, y allí partían hacia las fincas.
En función de la cantidad de ganado que llevase cada vecino le tocaba cuidar el ganado más o menos días.
Blanqui Ibarguchi
Qué bueno! Yo tanto no llegué al conocer pero las vacas saliendo a beber mañana y noche al bebedero era todo un acontecimiento para los que éramos pequeños, y los cerdos en las cuadras pegadas a las casas, conejos, palomas, gallinas..... Qué chulo era.....
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